lunes, 1 de noviembre de 2010

INMIGRANTES Y DERECHOS - ANA VALENTE - EL PAIS

Durante la Guerra Civil española y la posguerra, muchos compatriotas tuvieron que salir al extranjero a buscar un futuro que su propio país les negaba. Un familiar mío pasó media vida en Alemania, trabajando y muy duro. Allí, además de conseguir trabajo y dinero, llegó a ser ciudadano de pleno derecho hasta su regreso a España. Ahora cobra una pensión alemana.
En las últimas semanas se debate en España la conveniencia de habilitar a los inmigrantes para votar en las próximas elecciones municipales, junto con la obligatoriedad de controlar mediante los padrones municipales las situaciones irregulares. Estos debates se están realizando al margen de los propios interesados.
No podemos olvidar nuestra historia como país con gran tradición emigrante hacia Europa y América. Ahora tenemos el honor de ser país de acogida. Tras la llegada de inmigrantes en la última década y la regularización iniciada en 2005, nuestro país y todos los que en él vivimos nos beneficiamos de las consecuentes obligaciones, incluidas las tributarias, originadas por el trabajo de los inmigrantes, y por tanto debemos proporcionarles los mismos derechos, entre ellos el del voto para, al igual que el resto de ciudadanos, poder decidir a quién elegir como representantes municipales.

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